EDITORIAL

EXPECTATIVAS POLÍTICAS

Cuando se esperaba que la política evidenciase a comienzos del presente año una dinámica de especiales connotaciones, nos encontramos con que, en el Quindío, por lo menos, lo que no excluye quizá a otras regiones colombianas, se observa una tediosa calma salpicada por algunas intervenciones de algunos aspirantes a Congreso que, incluso, están apenas ad portas de definir colectividad que les proporcione el aval y garantice además solidez suficiente para la obtención del obligado umbral.

No equivale lo anterior a afirmar que de esos aspirantes algunos, no muchos por cierto, no despliegan constante actividad y pongan en evidencia una excepcional capacidad de trabajo amén de un innegable carisma, se aproximan con facilidad a la gente. Otros por su parte y por su actitud oportunista demostrada con esporádicas apariciones en el escenario regional particularmente en temporada preelectoral y de campaña, no generan nada diferente a reservas en cuanto pudiese ser su trabajo congresional.

Estos ingredientes le dan a la actual campaña para Congreso una condición de sui géneris y la diferencian de lo ocurrido en similares circunstancias de años atrás, sumado a ello un panorama nacional agitado y de aprehensión frente a una clase política que debe ser renovada en buena proporción, sin dejar de contar con la experiencia y seriedad demostrada a lo largo de una gestión parlamantaria casi excepcional por la mediocre calidad de muchos integrantes del legislativo colombiano.

De todas formas estamos ante un panorama que aún no genera el entusiasmo por lo menos de potenciales electores.
Señores aspirantes, en sus manos está lograr, en muy poco tiempo por cierto, las necesarias confianza y simpatía por su propuesta.
¡Qué esperan!.